Muchas veces creemos que ser felices en un momento dado, de alguna manera nos asegura un bienestar implícito imposible de romper. Pero esto sabemos que no es así. Igual que estamos arriba también podemos ver la vida desde abajo.
La felicidad es una emoción muy importante que nos mueve en la consecución de metas y superación de obstáculos, pero eso no implica que sepamos estar bien o que tengamos bienestar.
Hay muchas circunstancias externas a nosotros que nos causan felicidad. Por ejemplo: Aprobar un examen, hacer ese curso que siempre quisiste, recibir una llamada que necesitabas, salir con amigos, comprar ese vestido que querías, hacer un viaje... Hay tantos y tantos motivos de felicidad como personas hay.
Pero también hay un trasfondo en cada motivo de serlo, que a veces puede hacernos ver que la persona carece de bienestar. Bien sea por las circunstancias o por ciertas variables de personalidad.
Muchos son los entendidos que han escrito múltiples artículos sobre la felicidad y lo que ocurre cuando la perdemos. Sin embargo, pienso que la fina línea que separa el hecho de ser feliz con el hecho de tener bienestar, es inmensa.
Tener bienestar es dar un paso más allá. Significa tener una filosofía de vida que haga que puedas contemplar y mirar el mundo con unos ojos que no necesitan de apariencia, que no necesitan nada para ser feliz si cuando te observas (y dejando al ego totalmente de lado) ves un Universo en ti, digno de ser querido tal y como es.
Es no necesitar el amor de nadie sino sentirse tan lleno, que puedas acompañar el amor del otro sin exigir que te quiera, sin dependencias y sin apegos.
Es conocerte y aprender a quererte con tus virtudes y "rarezas", dejando de anhelar lo que tiene el de al lado y quién es.
Es poder saber que dentro de ti hay un corazón que late y un alma que vaga cada día disfrazada de un cuerpo, para que encuentres en cada cosa el detalle que te lleve a ser feliz. Pero no a cualquier felicidad, sino a la felicidad plena.
Algunos a este tipo de felicidad, la denominan "la felicidad de alma". A mi parecer, es asimilable a tener un alma llena.
Podríamos decir, a rasgos generales, que el bienestar es la capacidad de mirar dentro y conocerte tanto que nada externo haga que pierdas tu paz interior.
Es lo que hace que te llenes de tranquilidad y mantengas la calma ante situaciones que, humanamente, hacen que se pierda.
Es una manera de mantener en equilibrio la Mente, el Cuerpo y el Alma. Algo fundamental para caminar sanamente por el mundo.
Con la felicidad se puede llegar alto. Pero no tan lejos como cuando se mira alrededor y no se necesita nada más que los cinco sentidos para saber que estás vivo, y con ello, DESPERTAR.
Nada externo a ti es más grande que tú mismo. Por ello, cuando te despiertes, entenderás.
Ana G.E. Robles ©
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