top of page
Foto del escritorAna G.E.Robles

La artificialidad en un mundo necesitado de sensibilidad



Me llama la atención que, conforme pasan los días y después de la situación tan compleja que hemos vivido, todavía nos movamos en una especie de "artificialidad". Pero no lo miro con ojos de crítica sino más bien de cierto cansancio a la par que, por qué no, cierta curiosidad.


Hace unos días, por probar - y en realidad para observar un poco a nivel investigativo-, me abrí una cuenta del famoso "Tik Tok". En todas las redes aparece, y la realidad es que no me llamaba especialmente la atención hasta que me lo recomendaron y encontré que los vídeos son rápidos de editar, tienen efectos más o menos sencillos, y algunos de ellos hasta son capaces de expresar bien de forma icónica sensaciones que se quieren generar.


Para mi sorpresa, al hacer algunos vídeos y subirlos a mi cuenta, encontré que primaba más la apariencia física que el contenido psicológico que había detrás. Algo que me termina agotando un poco.


(Desde recibir bastantes mensajes privados con proposiciones, mensajes de ciertas índoles por el tono de mi cabello y una larga suma...). Algo que me da bastante que pensar.


Para mí es más importante la profundidad del mensaje y no en tanto "el lucirse". Hemos creado sin querer una sociedad artificial dónde prima lo rápido, lo que se ve antes, el selfie más que el paso del tiempo o el alma en una fotografía personal, lo de la superficie, lo de arriba sin pensar en que existe algo más allá del piropo, del exterior y de la artificialidad.


La Profundidad significa que la materia, el cuerpo, lo que vemos con el físico, un día dejará de existir. Y así debe ser por ciclo vital.


Todo me parece más completo si partimos del detalle a lo general y de lo general hasta ver el detalle. Pero no en la superficie sino ir más allá. Para mí todo es válido cuando se trata de observar, ver y mirar. Términos que me resultan distintos.


- Mirar conlleva un conjunto

- Observar está más cercano al detalle

- Ver es detectar la particularidad, lo "pequeñito", lo más escondido pero que dota de sentido al conjunto.


Cuando me asomo por rrss, en ocasiones es como si echara de menos ver más la realidad o la profundidad.


A través de una pantalla podemos saber si lo que hay al otro lado es de verdad o no lo es. Y, generalmente, me llama la atención ver el hecho de aparentar. -Sobre todo entre los jóvenes. Pero también lo veo entre empresarios y en general-. O estados de ánimo que no terminan de ser ciertos. Algo que se "premia" con infinidad de likes. Como los retos de niños en Youtube, canales familiares etc. Likes que, en realidad, muchas veces son vacíos.


Pero no es algo que critique sino, como digo, algo que me llama la atención por la peculiaridad de fijarme o llenarme más las cosas reales, profundas, sencillas, humildes y de verdad.


La vida es un tren emocional. Es la realidad. Pero jamás publicaríamos nada que tenga que ver con nuestra vulnerabilidad o con nuestros errores porque, como decíamos en artículos anteriores, lo blandito se toma como ataque. En lugar de verlo algo digno de guardar en una cajita o traducirlo en una direccionalidad de enseñar-aprender, lo convertimos en nuestra herramienta para dañar al otro. Algo que vemos continuamente en redes a través de los comentarios hirientes que hacen algunos usuarios a personalidades famosas, por ejemplo.


Hace un tiempo que entré en el mundo adulto y tanto en mi trabajo, en conversaciones con las personas, y acudiendo una vez más a la observación, creo que la inocencia se ha perdido. La mirada inocente. Inocente para mí no significa infantil, débil o fácil de manipular.


Inocente significa que no hay nada artificioso detrás de algo, sino que brota con realidad, sin impostación, sin "postureo". Algo que es de verdad y que viene dado tal cual, bajo la interpretación de una intención blanca.


Es decir, quedarnos sólo con la pureza que de primeras tienen las cosas, sin mayor interpretación.


Hoy en día hemos fomentado tanto la artificialidad, que parece que todo tiene que ir metido en el mismo saco o que todo tiene la misma intencionalidad. Pero la realidad es que no es así.



Después de lo vivido, la sensibilidad ha quedado arrinconada. Existe, pero hoy por ejemplo se van perdiendo cosas como la profundidad de mirar un cuadro y ver lo que contiene, de mirar a las personas e intentar entender su historia, de respetar, de tener valores, de dejar las imposiciones y fomentar más la escucha, de investigar. Todo ello sin el afán de "demostrarlo" como tal para obtener admiraciones o reconocimientos como pasa con muchas personalidades famosas. Algo que se aplaude enormemente, se aprueba, dando igual el interior de lo que contiene, el aprendizaje.


Hoy por hoy vale más la carcasa.


Pero es importante percibir y ver que no todos los contenidos van en esa dirección y pensar que el amor real por una profesión, un objetivo, un camino de vida, una experiencia, una investigación en silencio, pueden ser reales sin que exista nada más detrás. Ni postureo, ni querer lucirse, ni nada de nada. Sí apelar a lo riguroso y a lo serio cuando de trabajo se refiere, y sólo ser un canal informativo cuyo único fin es comenzar a volar bajo el manto de unas Alas que quieren desplegarse libres y de forma real.



Ana G.E. Robles ©


Comments


bottom of page