Me empiezo a cansar bastante de la oleada de publicaciones que ahora (o quizá ya lleva tiempo "de moda" y no lo sé) necesitan sacarse fotografías dando conferencias para hacer valer la importancia NO de lo que están contando. Qué va. ¡De ellos mismos!.
En algunas ocasiones las personas que cuelgan sus ponencias o sus conferencias, lo hacen porque es a nivel informativo, y a día de hoy que nos movemos por rrss y medios telemáticos para llegar a más audiencia se hace imprescindible para poder anunciarnos. Las rrss son un medio y un canal perfecto para poder anunciarse en cuanto a negocios se refiere. Es normal que se cuelguen fotos de las conferencias, de las actividades, de los cursos, de las ponencias.
Lo que se ha convertido en algo pelín exagerado es lo que está ocurriendo ahora. Y el problema no sólo es que desmerece la conferencia, sino que nos encontramos con un problema superior: los vacíos interiores y la necesidad de llenado urgente y emergente a través de demostraciones irreales.
Me quedo atónita o realmente perpleja cada vez que hago uso de las rrss y no hago más que ver catálogos de caras y de posturas dando conferencias en lugar de saber o de ver el contenido interesante de las mismas. Es decir, es que se ve y sobre todo se nota y se percibe no sólo un interés en mostrar lo bueno que se es delante de muchas personas -en lugar del objetivo real de la conferencia-, sino el interés en salir bien en la fotografía, con la postura perfecta, con la cara (forzada) perfecta para dar una imagen de perfección IRREAL.
Esto ocurre mucho en el mundo del marketing, en profesores universitarios con traje y corbata, en coaches, en psicólogos... Lo que prima no es la explicación real, sincera y de verdad de lo que están explicando, sino algo peligroso como es demostrar una superioridad a través de los conocimientos teóricos, donde luego ésta se palpa en los selfies y fotografías varias.
La falsedad y lo que no es real se nota, se siente y se percibe como artificial, forzado, y sin ningún tipo de sentido o esencia. Y esto es lo que está ocurriendo a día de hoy.
En una encuesta que realizamos hace poco, un aforo considerable de personas contestaron exactamente esto. Gente que se apuntaba a charlas y cursos han dejado de hacerlo porque ya no es que la proyección por redes resulte "pedante" sino que, insitu, se nota la superioridad del ponente y la necesidad de sentirse así. Se nota esa necesidad de sentirse un "crack".
Aunque como en todo, hay excepciones. Pero en general lo que se aprecia es un ensalzamiento desmesurado del "yoísmo" algo alucinante. Y.... Sinceramente... es preocupante.
Ana G.E. Robles ©
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