Una de las grandes cantantes de soul de la historia, Aretha Louise Franklin, nos dejaba el pasado 16 de agosto de 2018 a causa de un cáncer de páncreas contra el que estaba luchando desde hacía ya
varios años. No ha podido ser, pero lo que sí ha sido desde que murió su voz, es que ahora ha nacido
el mito.
Por ello, como amante de la música desde hace muchos años, le dedico un homenaje en forma de
análisis de su letra.
ARETHA FRANKLIN
Teniendo en cuenta el poco espacio de la siguiente carta y sabiendo que la letra nos muestra el
momento en el que se escribe, podemos decir lo siguiente:
A simple vista lo que más llama la atención es el movimiento y nerviosismo, la intensidad de carácter(necesita remarcar constantemente), y la pasión emocional que presenta su letra. Movimiento y pasión que la caracterizaban también a ella cada vez que se subía a un escenario, y que
su grafía así nos lo confirma.
Aunque no sólo sabía moverse muy bien y aprovechar su habilidad para la expresión corporal, sino
que, como bien sabemos, era una de las grandes de la música por su enigmática y profunda voz.
Grandeza musical que se aprecia en las oscilaciones y vibraciones de su grafía, y que nos muestra a
una persona con sensibilidad, y capacidades muy arraigadas para la música.
En cuanto a su ámbito emocional y social, podemos ver en ella una personalidad muy intensa y con
mucho carisma (considerándola como una mujer "de carácter") cierto vaivén de emociones, inestabilidad, poca constancia y también una autoestima que podríamos calificar como de "bien nutrida".
Respecto al ámbito social, encontramos en ella ciertas reservas, pudiendo estar ante una persona
selectiva y de cierta introspección e inteligencia intrapersonal.
De igual modo, podemos decir que era una persona muy apasionada y emotiva, siendo más plausible
en ella el sentimiento que la razón, y llegando incluso a poder tender en ocasiones a la impulsividad.
De su firma lo que se puede abstraer es una cierta positividad (por el hecho de que asciende hacia
arriba) y coherencia entre la persona que era ante las cámaras y la que era en su entorno más cercano. Es decir, se mostraba de igual manera tanto en su ámbito social como en su ámbito familiar e íntimo.
Para finalizar con este pequeño homenaje, os dejo esta canción ("Rolling in the Deep") que canta estando ya muy enferma pero con una fuerza tan arrolladora, que consigue poner el vello de punta.
Así era ella. Una persona con una gran fuerza interior. Fuerza que transmitía siempre que salía a
brillar al escenario y que, aunque ya no esté, transmitirá siempre.
Fue un placer disfrutarte. ¡Buen viaje, Aretha!
Ana G.E. Robles ©
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