¿Qué nos aporta a los psicólogos la Grafología?

A lo largo de mis años de formación como Psicóloga y actualmente, he encontrado muchos compañeros de profesión que desechan o que consideran que la Grafología no es un medio fiable en consulta.

Cuando comentas en el gremio que lo has estudiado, la respuesta de algunos compañeros es: "pero... eso no es fiable", "no te fíes, que la Grafología es falsa", "no es científica", "no sirve para nada", "no son parámetros válidos", "que no te manipulen que la Grafología ni es oficial, ni tiene peso alguno",

"no se te ocurra pasar una prueba gráfica solamente para identificar patologías".

Y como estas respuestas, muchas más.

Bien es cierto que nosotros siendo terapeutas no podemos sólo ceñirnos a una única prueba. Hemos de pasar varios test para asegurarnos de todas las variables posibles que pueden estar influyendo en la conducta de nuestro paciente. (Tanto por código deontológico como por integridad personal y profesional). Pero... Precisamente cuando descubrí los test psicológicos, me di cuenta del gran sesgo que cometemos con ellos. Pueden acercarnos a parámetros conductuales y darnos unos baremos, claro, pero nunca darnos resultados exactos, porque las personas solemos responder en función de la llamada "deseabilidad social" (fenómeno que nos enmascara la verdadera personalidad del sujeto que realiza

el test, ya que se contesta en función de la "imagen" se quiere proyectar).

Por otro lado, los test psicológicos deben adecuarse a la patología que estamos tratando y deben usarse en una versión reciente. Actualmente, para algunas patologías todavía seguimos empleando algunos test que se elaboraron el siglo pasado porque no se han elaborado nuevos, y como imaginaréis, los

parámetros de análisis están en su mayoría obsoletos.

Así que fue a raíz de todo ello, unido a causas profesionales y personales, por lo que un buen día decidí dar el salto a esta nueva disciplina que siempre me llamó la atención y que, después de

aprender en profundidad, a día de hoy ya viene conmigo a todas partes.

(Y desde que la he aprendido, he de reconocer que sin querer, se me va la vista a las letras cuando veo

a alguien escribiendo o cuando miro cualquier tipografía).

¿Qué nos aporta a los Psicólogos?

- Veracidad: La letra nunca nos miente. Puede haber variaciones en ella en función de los estados de ánimo del momento, de causas físicas, del lugar en el que se esté escribiendo o del tipo de útil que se utilice. Pero la letra siempre es un reflejo directo del inconsciente y nunca nos va a contar qué quiere

mostrar la persona de sí misma, sino lo que inconscientemente, realmente alberga.

Por otro lado, también es un gran predictor de mentiras y falsedades, por lo que resulta muy útil tanto para nosotros los psicólogos como para otros profesionales que tengan un contacto humano

tan directo (abogados, jueces, policías...).

- Detectar patologías físicas: En las grafías se pueden aprecian temblores o rasgos poco comunes que en algunos casos pueden ser atribuibles a causas físicas, lo que nos ayuda a los psicólogos a deducir una serie de variables y comportamientos, que nos permiten llegar con mayor seguridad y precisión al

problema que nos presenta el paciente y asegurar una mejor atención.

- Detectar patologías emocionales (o lo que para nosotros son psicopatologías): Con la letra podemos llegar a ver rasgos que se encuentran dentro de lo que los psicólogos llamamos psicopatologías y que unidos con otros test, nos pueden ayudar a esclarecer más fácilmente qué

criterios de DSM cumple la persona y cuál es la psicopatología que presenta.

(A continuación hago un inciso para explicar algo importante de esta ventaja).

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Ante esto, decir que los buenos profesionales de la Grafología JAMÁS invaden nuestro terreno. No hacen terapia. Únicamente se limitan a establecer rasgos que se acercan a la personalidad del

analizado, pero nunca diagnostican a nadie ni pasan consulta.

En parte comprendo el temor de algunos compañeros por la cantidad de barbaridades que se pueden llegar a encontrar por algunos grafólogos. Grafólogos sin ningún tipo de formación para trabajar patologías, y que hacen el trabajo de psicólogos pudiendo perjudicar mucho a los pacientes, además

de a la profesión.

Pero no sería justo decir que sólo perjudican los grafólogos, sino también hay que mirarse un poco y

reconocer que hay psicólogos con muy pocas pesquisas de Grafología (y algunos también de Psicología). Algo que también daña y mucho a los grafólogos y que nos genera una fama que no nos corresponde. No sería justo echar la culpa a todos los grafólogos ni meter a todos en el mismo saco, porque de alguna manera, a nosotros los psicólogos nos allanan mucho el camino.

De hecho, para mí son dos cosas que pueden perfectamente solaparse y que espero, en un futuro lo hagan.

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- Detectar con mayor exactitud rasgos que conforman un carácter: La letra nos puede servir mucho en casos en los que los tests psicológicos y las entrevistas que realizamos al inicio de toda consulta, no nos aclaran del todo algunos rasgos claves para poder identificar el rol de la persona y qué le está ocurriendo. En cambio, la letra sí nos da bastante perspectiva para saber qué roles asume el paciente y con ello poder emplear una terapia u otra. (Algo utilísimo en casos de violencia de género, bullying en los colegios, maltratos a niños, abusos sexuales o acosos en los trabajos. Por miedo o por vergüenza, se omite mucha información necesaria para comenzar las terapias, y el hecho de poder ver

rasgos tan plausibles en la letra facilita mucho el trabajo).

- Ver la evolución del paciente: Si en consulta pedimos una prueba gráfica antes, durante y después conjuntamente con la entrevista psicológica que se realiza al inicio y al final de la terapia, en primer lugar, podremos saber con mayor seguridad cómo se encuentra el paciente, cuáles son sus fortalezas, qué puntos son los que debemos trabajar y qué terapias se adecuan más a lo que queremos solucionar.

Realizando una prueba durante, sabremos dos cosas: si la terapia está dando resultado (y por tanto saber cuándo más o menos podremos dar "el alta") o si por el contrario no provoca ningún cambio o

genera efectos contraproducentes.

Para finalizar, una vez que le podemos dar el alta y pedimos una última prueba gráfica, podremos

ver y remarcar varias cosas:

- Todos los retrocesos y vulnerabilidades que generaban bloqueos.

- Todos los avances y qué variables de personalidad se han reforzado.

- Todos los pasos que ha ido siguiendo la persona durante la terapia (los cuales pueden ser extrapolables a otras situaciones en las que exista un problema similar). Qué terapia ha sido más efectiva (algo que también a nosotros nos puede dar horizonte para aplicarla en otras ocasiones).

- Detectar talentos: En Recursos Humanos es una de las pruebas que actualmente más se está empleando para encontrar talentos y ocupar puestos con los rasgos solicitados, ya que el tipo de escritura y también la presencia del escrito, nos muestra mucho de la persona. Por ejemplo, si carece o no de habilidades de líder, de creatividad, innovación si generaría un buen clima de trabajo o si sería difícil de llevar, si es optimista... Algo que ayuda mucho a los directivos de las empresas y les facilita

el trabajo a la hora de realizar entrevistas.

En general, desde mi ámbito terapéutico, considero de suma importancia poder realizar una prueba gráfica en consulta, ya que nos aporta una serie de información que otras pruebas nos la pueden sesgar

o directamente omitir.

También creo importante destacar que antes de establecer todos estos puntos como terapeuta, previamente la he aplicado en mí misma para ver su "funcionamiento" en mi ámbito personal, y he de

decir que me ha sorprendido más de lo que imaginaba.

La Grafología me ha permitido ver nítidamente un gran avance donde antes había un retroceso muy

duradero, sin ni siquiera ser consciente de que aún lo había.

Y ninguna otra prueba o test psicológico que conozca (exceptuando la Hinosis Clínica), ha conseguido

mostrármelo tan claro.

Por ello, pese a que algunos compañeros no la acepten, para mí resulta una piedra angular en terapia y

sé que lo resultará siempre.

Ana G. E. Robles ©

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